A menudo siento que es el poema quien me elige a la hora de hacer una canción, quien me revela su voz verdadera, su alma.

 

Experimento la dicha de oír la voz oculta del poema y a eso atiendo y obedezco, pongo mi voz a su servicio…

 

Considero que la poesía, como el teatro, no se conforman con vivir en el silencio del papel, precisan de la voz viva para cobrar total sentido, y cantar, para mí, es a veces mi forma de leer.